El o la codependiente, es aquella persona que sufre de ansiedades, tristeza, enojo, confusión mental y trastornos psicosomáticos entre otros, debido a sufrir de una fuerte dependencia emocional y el llevar una vida tormentosa con un enfermo adicto.
El padecimiento se ha extendido ya que la codependencia abarca tanto a los que se relacionan con los que usan cualquier tipo de sustancia tóxica al organismo, como a los que se vinculan afectivamente con personas que presentan algunas tendencias obsesiva-compulsivas. Este padecimiento se genera en la familia.
Cuando al formar una pareja, no conseguimos que sea constructiva y que nos aporte cosas buenas y bonitas, lo mejor es plantearse que hay algo que falla. Sea por nosotros o por la otra persona, formar una pareja destructiva no lleva más que al odio, al rencor, a las discusiones, a los gritos y a muchas otras cosas, quizás peores, que no nos dejarán vivir en paz.
Las parejas destructivas son las posesivas e infantiles, las que asfixian, acosan, restan movilidad, tiempo, libertad, obstruyen y dificultan estudios, trabajo, deporte, relaciones familiares, sociales y amistades.
Hay que aprender a amar.
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